jueves, 1 de diciembre de 2016

EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS El gobierno británico podía ignorar las reclamaciones de Nueva Inglaterra

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 EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS
El gobierno británico podía ignorar las reclamaciones de Nueva Inglaterra ahora que Massachusetts estaba siendo aplastada, pero también Virginia tenía sus reclamaciones sobre el territorio. Había sido su interés por el territorio lo que había desatado la Guerra contra Franceses e Indios (véase La formación de América del Norte) y no estaba dispuesta a abandonar sus pretensiones. La Ley de Quebec disgustó a la poderosa colonia de Virginia más que todo lo que el gobierno británico hizo a
Massachusetts.
Sam Adams, mientras tanto, estaba trabajando tan afanosamente como el Parlamento. Azuzó a la opinión pública de Massachusetts con tanta eficacia que el general Gage sólo controlaba el terreno que pisaban sus soldados. Fuera de Boston, Massachusetts era prácticamente una colonia en rebelión, que se autogobernaba en desafío al Parlamento.
El comité de correspondencia de Adams escribió interminablemente a todos los puntos de las otras colonias, llamando a la acción unida y a realizar demostraciones abiertas de apoyo a Massachusetts.
Tales demostraciones se produjeron. Aportes de alimentos y dinero empezaron a llegar a Boston de todas partes, y Boston se volvió tanto más intransigente cuanto que se sentía a la cabeza de una coalición colonial.
En verdad, tan claramente estaban las colonias unidas contra las Leyes Coercitivas que pareció natural convocar a una reunión de delegados de todas las colonias, como en los días de la Ley de Timbres. La primera medida en esa dirección la tomó Virginia.
El 24 de mayo de 1774, cuando llegó la noticia de que el Proyecto de Ley del Puerto de Boston se había convertido en ley, la Cámara de Burgesses de Virginia, bajo el liderazgo de Patrick Henry, denunció inmediatamente la ley, diciendo que ponía a Massachusetts bajo una «invasión hostil». Designaron el 1 de junio, el día en que entraría en vigor la Ley del Puerto de Boston, como día de plegaria.
El gobernador de Virginia, que era John Murray, cuarto Earl de Dunmore, inmediatamente disolvió la Cámara de los Burgesses, puso fin a sus reuniones y mandó a sus miembros a su casa. Pero antes de marcharse, sus miembros radicales instruyeron a sus comisiones de congresos para que sondeasen a las otras colonias en lo concerniente a una posible reunión de delegados de todas las colonias.
Sam Adams se adhirió a esta idea inmediatamente, por supuesto, y se convocó a tal reunión. Para destacar el hecho de que estaban representadas colonias de todo el continente norteamericano, se lo llamó espectacularmente un «congreso continental».
Habitualmente es conocido en la historia como el «Primer Congreso Continental».
Doce de las trece colonias (Georgia era la excepción) enviaron delegados, y cincuenta y seis hombres se reunieron en Filadelfia el 5 de septiembre de 1774. Peyton Randolph de Virginia (nacido alrededor de 1721) fue elegido presidente del Congreso (y desde entonces los términos «presidente» y «congreso» han formado parte de la política americana).
En el Primer Congreso Continental hubo muchos hombres distinguidos.
Algunos eran radicales, como John Adams y Sam Adams de Massachusetts, y Patrick Henry, Thomas Jefferson y Richard Henry Lee de Virginia.
Pero también había conservadores, como Joseph Galloway de Pensilvania (nacido en West River, Maryland, alrededor de 1731) y James Duane de Nueva York (nacido en 1733).
Inmediatamente se produjo una división entre los radicales y los conservadores.
Patrick Henry quería que cada colonia contase con un número de votos proporcional a su población. Esto habría dado un peso preponderante a las colonias de Massachusetts y Virginia, ambas populosas y radicales. Pero las colonias menores insistieron en que sólo hubiese un voto por colonia, independientemente de la población. Para evitar la disolución del Congreso, los radicales cedieron.
Luego se planteó la cuestión de qué hacer frente a las Leyes Coercitivas.
Galloway de Pensilvania instó a adoptar una acción moderada y propició una actitud conciliadora hacia Gran Bretaña. Sugirió que se crease una especie de parlamento americano y que las leyes referidas a las colonias tuviesen que ser aprobadas por ambos parlamentos, el americano y el británico.
Mientras tanto, en el condado de Suffolk, Massachusetts (que incluía la ciudad de Boston), Joseph Warren estaba en acción. Preparó lo que llamó las «Resoluciones de Suffolk». Estas declaraban inconstitucionales las Leyes Coercitivas, de modo que los ciudadanos de Massachusetts no estaban obligados a obedecerlas. Aconsejó al pueblo de Massachusetts formar su propio gobierno, recaudar sus propios impuestos y también armarse, formando una «milicia» civil. Finalmente, las colonias debían establecer nuevamente un boicot a todo comercio con Gran Bretaña.
Las Resoluciones de Suffolk fueron aprobadas en una reunión de radicales de Massachusetts y luego fueron confiadas a Paul Revere (nacido en Boston el 1 de enero de 1735), un habilidoso platero que había tomado parte en la Reunión de Té de Boston y estaba de todo corazón con la causa radical.
Hincando las espuelas, Revere llevó una copia de las Resoluciones a través de los quinientos kilómetros que separaban Boston de Filadelfia. Los delegados de Massachusetts rápidamente empezaron a presionar al Congreso para que las aprobase.
El Primer Congreso Continental suscribió las Resoluciones de Suffolk el 17 de septiembre de 1774, y luego, el 28 de septiembre, rechazó el Plan de Galloway por el estrecho margen de 6 a 5 votos. Galloway señaló con malhumor que, en su opinión, esa votación equivalía a una declaración de guerra a Gran Bretaña.
Finalmente, el Congreso terminó redactando una petición que fue enviada al rey Jorge el 26 de octubre. Se envió otra petición al pueblo de Gran Bretaña. Al Parlamento no se le envió nada, para mostrar que las colonias pensaban que el rey había sido extraviado por malos consejeros y respondería favorablemente si se llegaba a él pasando por encima del Parlamento.
La petición denunciaba todos los males infligidos a las colonias desde 1763 y se declaraba a favor de que se considerase a todos los colonos como poseedores de los diversos derechos naturales de los ingleses. Por otro lado, el Congreso no negó el derecho del Parlamento a regular el comercio americano. El Congreso también empezó a organizar un boicot de los productos ingleses, como manera de dar fuerza a su petición.
Luego, el 26 de octubre, suspendió sus sesiones, pero no de modo permanente. Un «Segundo Congreso Continental» se reuniría el 10 de mayo de 1775, si para entonces las quejas americanas no habían sido es cuchadas. En general, la opinión de Galloway de que las actas del Primer Congreso Continental equivalían a una declaración de guerra a Gran Bretaña era correcta, al menos en Massachusetts. El general Gage así lo interpretó, mas para entonces ya esperaba lo peor desde hacía algún tiempo. El 1 de septiembre de 1774, ya antes de que se convocase el Primer Congreso Continental, hizo todo lo posible por confiscar las provisiones de pólvora que los americanos pudiesen almacenar para usarla más adelante. Envió soldados a Cambridge y Charleston, dos ciudades situadas inmediatamente del otro lado del río desde Boston, y se apoderó de pólvora y cañones. Colonos armados acudieron a Cambridge, pero nadie realmente se atrevió a disparar sobre los soldados británicos.

Fuente: EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS
1763 – 1816
ISAAC ASIMOV

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