viernes, 17 de agosto de 2018

EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS - El 10 de mayo

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EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS
El 10 de mayo, el mismo día en que fue tomado Fort Ticonderoga, el Segundo Congreso Continental se reunió en Filadelfia, según lo planeado, y se vio obligado a abordar el tema de la guerra en curso, al menos en Nueva Inglaterra.
Nuevamente, fue elegido presidente Peyton Randolph, pero murió casi inmediatamente, y John Hancock fue puesto en su lugar, indicio de la creciente radicalización del organismo. Muchos de los delegados del Primer Congreso Continental estuvieron también en el Segundo, además de otros hombres de prestigio.
Benjamin Franklin y George Washington, que no estuvieron en el Primero, asistieron al Segundo.
John Adams fue la principal fuerza radical del Segundo Congreso Continental y trabajó afanosamente para que las colonias que no formaban parte de Nueva Inglaterra hiciesen causa común con Massachusetts. Quería que la milicia de Nueva Inglaterra que estaba asediando a Boston fuese reconocida como un ejército intercolonial, un «ejército continental», para usar el mismo enfoque por el que la reunión era llamada un congreso continental.
Adams sabía que esto no sería aceptado si Massachusetts insistía en comandar el ejército e insinuó claramente que el delegado de Virginia, el coronel Washington, sería aceptable para Massachusetts como comandante en jefe, y que la milicia de Nueva Inglaterra gustosamente prestaría servicios bajo su mando.
Fue un golpe brillante. George Washington había combatido en las primeras batallas de la Guerra contra Franceses e Indios, pero había sido frustrado en su intento de desempeñar un papel más importante por los prejuicios británicos anticoloniales. Y ahora estaba ansioso por demostrar de lo que era capaz. Más aún, era un rico plantador que prestaría sus servicios sin paga, y un hombre enormemente respetado de carácter conservador y conocida integridad. Los hombres que no habrían confiado en los agitadores de Massachusetts confiarían en George Washington.
Así, el Congreso aceptó. El Ejército Continental fue creado el 14 de junio de 1775, y George Washington fue nombrado su comandante en jefe el 15 de junio.
Bajo su mando hubo cuatro generales, uno de los cuales era Artemas Ward.
Otro era Israel Putnam de Connecticut (nacido en Danvers, Massachusetts, en 1718), quien, en un arranque patriótico, acudió a tomar parte en el sitio de Boston en el mismo momento en que se enteró de los sucesos de Lexington y Concord, aunque estaba cerca de los sesenta años. Los otros eran Philip Schuyler de Nueva York (nacido en Albany en 1733), un rico terrateniente tan respetado y conservador como Washington, y Charles Lee de Virginia, un oficial nacido en Gran Bretaña. Los cuatro generales habían actuado en la Guerra contra Franceses e Indios, pero ninguno de los cuatro había demostrado tener mucho talento militar.
Pero, apenas formado, el Ejército Continental se vio ante un momento decisivo en Boston. Los británicos no tenían ninguna intención de ceder y desembarcaron más tropas en Boston el 28 de mayo.
El 12 de junio el general Gage se sintió suficientemente confiado en la fuerza de sus tropas como para poner oficialmente a Boston bajo la ley marcial y declarar rebelde o traidor a todo americano que portase armas o prestase ayuda a otro que las portase.
Pero, como gesto conciliador, ofreció el perdón a todo rebelde o traidor que depusiese las armas, con excepción de Sam Adams y John Hancock.
La respuesta americana fue hacer preparativos para ocupar y fortificar el terreno elevado de Charlestown, inmediatamente al norte del río Charles e inmediatamente al otro lado del río desde Boston. Como Boston, Charlestown estaba situada por entonces  en una península unida a tierra firme por una estrecha franja de tierra. Había dos colinas en Charlestown, Bunker Hill y Breed’s Hill, y cualquiera de ellas ofrecía una posición dominante para colocar la artillería que, se esperaba, llegase de Ticonderoga. En un principio, se pensó en fortificar Bunker Hill solamente, pero Breed’s Hill estaba más cerca de Boston y el plan fue ampliado para incluirla.
En el alba del 17 de junio de 1775, 1.600 americanos estuvieron en Breed’s Hill.
Gage podía haber cercado la península de Charlestown colocando hombres en la franja terrestre, y luego haber bombardeado la colina desde los barcos del puerto. Si lo hubiese hecho, los americanos no habría podido resistir por mucho tiempo. Pero Gage probablemente estaba todavía irritado por la vergüenza de la retirada de Concord. Pensaba que los americanos necesitaban una lección y que se debía demostrar claramente su total inferioridad frente a los soldados regulares británicos.
Por ello, ordenó tomar por asalto las fortificaciones de la colina de Charlestown y, para tal fin, envió 2.400 hombres a través del río Charles, durante el mediodía del 17 de junio. Las tropas estaban al mando de William Howe, quien había llegado con el grupo más reciente de refuerzos.
Para los británicos, era una mala situación militar. Tenían que trepar por una colina expuestos al fuego de un enemigo protegido detrás de murallas en la cima. La única razón posible de que un jefe británico ordenase tal asalto era la idea de que la milicia americana flaquearía a la vista de soldados regulares británicos marchando hacia ellos y simplemente huirían.
Howe, pues, ordenó a un contingente de sus hombres que subiese por la colina en un perfecto orden cerrado, llevando pesadas mochilas y con sus uniformes escarlatas brillando al sol. Detrás de sus defensas esperaban los americanos, en perfecta posición, excepto por el hecho de que prácticamente no tenían pólvora.
Su comandante, el coronel William Prescott (nacido en Groton, Massachusetts, en 1726), no permitió que esa preciosa pólvora se desperdiciara. Toda bala debía dar en el blanco, lo cual significaba que sus hombres debían permitir a los británicos acercarse mucho, por atemorizadora que fuese su cercanía para muchachos granjeros no entrenados.
«No disparéis —ordenó— hasta que veáis el blanco de sus ojos.»
El contingente británico subió por la colina, tanto más confiado cuanto que la falta de disparos parecía indicar temor por parte de los americanos. En el momento apropiado, éstos, que se habían abstenido de hacer fuego hasta que los soldados estuvieron casi sobre ellos, lanzaron una andanada en la que casi toda bala dio en el blanco. La línea británica se derrumbo, y los sobrevivientes descendieron tambaleándose por la colina, dejando el terreno frente al reducto americano rojo de sangre y uniformes.

Fuente:  EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS
1763 – 1816
ISAAC ASIMOV

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