viernes, 9 de marzo de 2018

EL DINERO Y LA MENTALIDAD INDIVIDUALISTA

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EL DINERO Y LA MENTALIDAD INDIVIDUALISTA
Cuando los conciudadanos son independientes e indiferentes entre sí, sólo pagando se puede obtener el concurso de cada uno; lo que multiplica hasta el infinito la utilidad de la riqueza y aumenta su valor.
Desaparecido el prestigio de las cosas antiguas [...] no queda más que el dinero para diferenciarlos visiblemente y hacerles sobresalir. La distinción que nace de la riqueza aumenta con la desaparición o disminución de las demás...
El amor a la riqueza suele ser la base principal, o accesoria, de las acciones de los americanos; es lo que da a todas sus pasiones un aire de familia que no tarda en fatigar al espectador.
Ese perpetuo retorno de la misma pasión resulta tan monótono como los procedimientos particulares que emplea para satisfacerse. (Tocqueville, La democracia en América, 2º, 3ª, 17)
Valgan, como comentario, las palabras de Hilaire Belloc: “La repercusión social implícita debida a Calvino es indirecta, mas no por ello menos fuerte. Al negar la eficacia de las buenas acciones, de la voluntad humana y de las abnegaciones, al dejar de lado, por inútiles, la doctrina y la tradición de la Santa Pobreza, Calvino abrió las puertas del espíritu al dinero. Santo Tomás había dicho algunos siglos antes que si los hombres abandonaban la idea de Dios como el bien supremo, tratarían de reemplazar a Dios por la idea [...] de que la riqueza material es el Dios supremo. Calvino [...]
derrumbó las barreras que el catolicismo había levantado contra esa peligrosa fuerza, y, prosiguiendo en su acción, la Cristiandad fue adaptándose a la idea de que la riqueza es, cuando menos, el único bien seguro, y en consecuencia, la cosa principal a la cual debe tenderse”. (Belloc, H. (1961). La crisis de nuestra civilización. Buenos Aires: Ed. Sudamericana, p.111-2).
UNA NOBLE Y LEGÍTIMA PASIÓN
Para roturar, fertilizar y transformar ese vasto continente deshabitado que constituye hoy su territorio, el americano precisa el apoyo cotidiano de una pasión enérgica; esa pasión sólo puede ser el amor a la riqueza.
Así pues, el afán de riquezas no es reprobado en América, y se le honra siempre que no rebase los límites que le señala el orden público. El americano llama noble y legítima ambición a lo que nuestros antepasados de la Edad Media llamaban codicia servil...
En los Estados Unidos, las fortunas caen y se rehacen con facilidad. El país no conoce limitaciones y está lleno de recursos inagotables...
En los Estados Unidos se manifiesta una gran indulgencia por el comerciante que quiebra... [pero] se tratan con una severidad desconocida en el resto del mundo todos los vicios que alteran la pureza de las costumbres o destruyen la unión conyugal. A primera vista esto contrasta enormemente con la tolerancia que muestran en otros aspectos. Asombra encontrar en un mismo pueblo una moral al mismo tiempo tan relajada y tan austera. (Tocqueville, La democracia en América, 2º, 3ª, 18)
Comentario. EE.UU. no era un territorio deshabitado, ya que estaba poblado por cientos de tribus y millones de indígenas; gozaba de inmensos recursos que los nativos no habían explotado. Tocqueville advierte que en EE.UU. se ha producido una significativa mutación de valores tradicionales: la codicia servil ha pasado a ser considerada por el hombre moderno una noble ambición.

Fuente:  Selección de textos y notas por Jesús M. Sáez
Alicante, 2014

II. LA ÉPOCA DEL PRESIDENTE JACKSON. EL TESTIMONIO DE TOCQUEVILLE

  16. EXPANSIÓN Y CONSTITUCIÓN La Constitución no ha dispuesto que tomemos territorio extranjero, y menos todavía que incorporemos a nacione...